El Cervantes ayuda a reverdecer la zona Oeste

El colegio, dentro de su apuesta por la ciencia, diseña en el centro Maker las placas para el bosque rotario de El Lauredal

Todo lo que se hace en las aulas del colegio Cervantes tiene el objetivo de mejorar el día a día de los vecinos de La Calzada en particular, y de la zona Oeste en general. Y para muestra, el último proyecto en el que está inmerso este centro. Colaborar, junto al Club Rotario de Gijón, en la plantación de un bosque de árboles con especies autóctonas en el entorno de la torre Horizon. Esta actividad se enmarca dentro de una apuesta aún más grande del Cervantes por la ciencia, que se ha plasmado en la creación de un juego de mesa que desgrana la carrera de mujeres científicas y también con charlas y otras actividades. “En el ADN de este colegio está la apuesta por la ciencia”, resume la directora, Ángeles García, conocida por el apodo de Geles.
El colegio Cervantes trabaja con numerosas entidades de La Calzada y de Gijón. Una de estas colaboraciones es con el Club Rotario y su bosque. En total, son 61 árboles que se plantaron a finales de enero en una parcela municipal de la calle El Campón. Los alumnos de sexto de Primaria van a ser los encargados de ponerle la guinda a esta buena obra. Será diseñando el cartel que identifique a cada una de las especies y también el letrero que dé la bienvenida a los vecinos que quieran disfrutar de este nuevo equipamiento.
El diseño de estos carteles ha exigido un trabajo previo. Primero de documentación sobre la naturaleza y los problemas de la polución inherentes a esta parte de El Lauredal, así como de competencias TIC a la hora de diseñar los carteles. El aspecto final se ha elegido por votación. Y el diseño ganador a resultado ser el de Enol Álvarez. “Se me ocurrió la idea, pero es un trabajo en conjunto de toda la clase. La verdad es que estoy muy contento de haber sido el elegido, porque creo que no dibujo demasiado bien”, añade este pequeño con inocencia en su tono de voz.
Para el diseño de los carteles entra en juego lo anteriormente mencionado. Es decir, la estrecha relación que tiene el colegio Cervantes con las entidades de su entorno. El trabajo para fabricar los letreros se está haciendo muy cerca del centro escolar de El Cerillero. En concreto, en el edificio de Cristasa. Y más en concreto en el centro Maker, a donde los estudiantes acuden con cierta regularidad para estar al tanto de la evolución del proyecto. “Queremos que el bosque sea un recurso más que pueda utilizar el colegio. Queremos organizar una carrera solidaria por el día de la mujer y que podamos acudir para aprender sobre la naturaleza”, resume Geles.
Todo el proyecto del bosque es en realidad una pata más de un proyecto mucho más grande. El de la apuesta del Cervantes por la ciencia y por las iniciativas de aprendizaje y servicio, que buscan que cada actuación que se hace en esta escuela tenga una repercusión para bien en el entorno de la comunidad. Dentro de esa apuesta por la ciencia, uno de los aspectos más a tener en cuenta ha sido la creación de un juego de mesa en el que se disecciona la labor de 24 investigadoras. Tiene un objetivo doble. Trabajar la igualdad y tratar de despertar vocaciones científicas. De estas 24 investigadoras, ocho son asturianas. Y una de ellas es Laura Florentino, científica del Consejo Superior De Investigaciones Científicas (CSIC-ICAR), que esta misma semana acudió al centro para explicar su cometido.
Porque el colegio Cervantes es uno de los más activos de la ciudad en cuanto a nivel de actividades. Y todas esas actividades tienen un objetivo común. Promocionar la ciencia y tener un impacto positivo para la comunidad de la zona Oeste. Como ese bosque rotario que pondrá algo de verde en una zona donde más veces de la cuenta prima el gris de la polución.

Diario La Nueva España

Pablo Palomo / Fotografias: Marcos León

https://www.lne.es/gijon/2022/02/21/cervantes-ayudar-reverdecer-zona-oeste-62968990.html